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4worldlovers: El Museo Nacional de la Muerte se inauguró el 19 de junio de 2007 bajo el auspicio de la Universidad Autónoma de Aguascalientes con la donación de la colección personal del maestro grabador Octavio Bajonero Gil.

En 2014 se amplió el discurso museográfico con la inclusión de la iconografía de la muerte y el arte funerario en el desarrollo histórico de México. En las nuevas salas de exposición se albergó en comodato parte de la colección personal de Daniel Mercurio López Casillas.

La imagen del Museo Nacional de la Muerte (MUMU) rescata la personalidad renovada y festiva de la iconografía de la muerte y el arte funerario en México, con un recuerdo de las manifestaciones tradicionales y coloridas de la muerte, tales como el papel picado y las calaveras de azúcar.

El Museo está distribuido en tres recintos del patrimonio universitario: Edificio “19 de Junio”, Edificio “C.P. Humberto Martínez León” y Edificio “J. Jesús Gómez Portugal”, construcciones colindantes. Dichos edificios se sitúan en el centro de la capital del estado de Aguascalientes, calle Rivero y Gutiérrez esquina Morelos.

A partir de la Conquista, los evangelizadores instauraron la religión católica, prohibieron los sacrificios humanos, el canibalismo, la cremación y dieron carácter demoniaco a todos los dioses prehispánicos. En la Nueva España se impuso la creencia en un dios todopoderoso, una entidad anímica, y con ello el entierro en los pisos y atrios de las iglesias. El destino final de los muertos dependía de la conducta en vida: el cielo para los piadosos y el infierno para los malvados. Para el siglo XVII, ante lo radical del cielo y el infierno, se difundió el purgatorio. Las almas del purgatorio y las del infierno estaban en llamas, pero las primeras imploraban el perdón y las segundas sufrían el tormento de los demonios.

El visitante puede encontrar una gran variedad de productos a la venta. Se ofrecen artesanías de diversos estados y localidades del país, artículos decorativos y/o utilitarios, libros culturales y de arte así como grabados y tarjetas. Este espacio del museo ha permitido la creación e incorporación de creadores estatales en la oferta de piezas al público.

LOS ESPACIOS DE LA MEMORIA: LOS PANTEONES COMO PATRIMONIO CULTURAL. Indistintamente la creencia o cultura, en el transcurso de la historia, el ser humano ha arraigado la tradición de sepultar a sus difuntos. En muchas de las expresiones socioculturales y religiosas principalmente, generar espacios para el descanso permanente o eterno es común a todos los seres humanos. Estos espacios son llamados panteones, cementerios o camposantos.

Popular y tradicionalmente se señala que la muerte es democrática y justa, de ella nadie escapa, ricos o pobres, todos mueren. Por lo general se busca la réplica del tipo de vida, no es un asunto de la modernidad ni de los posibilitados, es general e históricamente realizado en todas las culturas a lo largo y ancho de nuestro planeta. Así, la complexión urbanística de estas necrociudades representa ambos extremos de la sociedad.

La textualidad de las calaveras en el arte mexicano es referente necesario para que como en cualquier otro momento histórico o cualquier cultura, la muerte sirva como precedente de la reflexión filosófica. La necesidad del ser humano de materializar toda imagen o pensamiento que le aqueja o le motiva es parte fundamental de la raíz del lenguaje y la comunicación, que antes de ser lingüística, fue pictográfica.

El arte tiene que morir para renacer, es decir, las generaciones que suceden a las anteriores siempre estarán en responsiva o contra los cánones establecidos y buscarán superar estos mismos.